Para la masa quebrada:
- 250 g de harina
- 150 g de mantequilla ablandada
- 1 cucharadita de sal
- 1 huevo
- 1 cucharada de leche fría
Para la base de nueces:
- 100 g de nueces peladas
- 50 g de azúcar
- Un poco de agua
Para la crema:
- 400 ml de leche
- 4 yemas de huevo
- 120 g de azúcar
- Una rama de canela
- Cáscara de naranja
- 2 cucharadas de maicena
Preparamos las tartaletas:
Ponemos la harina en un montón y abrimos un cráter en el medio. Añadimos la mantequilla, el huevo y la sal y amasamos con los dedos. Cuando esté todo mezclado añadimos la leche y volvemos a amasar. Hacemos una bola y lo envolvemos en film transparente, la metemos en la nevera una hora mínimo. Pasado ese tiempo sacamos la masa y la extendemos. La colocamos en moldes para horno y horneamos a ciegas unos 20 minutos.
Hacemos las nueces:
En un cazo ponemos el azúcar y un poco de agua y lo llevamos al fuego fuerte. Cuando veamos que empieza a tostarse el azúcar añadimos las nueces y removemos todo para que no se pegue ni se queme. Rápidamente colocamos las nueces en las tartaletas.
Para la crema:
Ponemos al fuego suave la leche con la cáscara de naranja y la canela. Batimos las yemas de huevo con el azúcar hasta obtener una mezcla de color blanquecino, tras lo cual añadimos la maicena y volvemos a mezclar. Cuando la leche esté caliente la colamos sobre los huevos y movemos bien, tras lo cual volvemos a llevar al fuego y removemos hasta que espese. Vertemos la crema dentro de las tartaletas y refrigeramos durante al menos dos horas, aunque lo mejor es dejarlo toda la noche.
Ya podemos servirlas así, aunque si lo preferís podéis espolvorear azúcar por encima y lo flambeamos con un soplete, lo que nos dará un resultado como este: