Esta es una de esas recetas con las que vas a quedar de fábula con tus invitados, ideales para presentar como entrantes o acompañamiento:
- 75 g. de mantequilla
- 75 g. de aceite de oliva
- 200 g. de harina
- 800 ml. de leche
- 200 g. de jamón serrano en dados pequeños
- 200 g. de queso azul
- Sal
En una cacerola grande ponemos el aceite y la mantequilla a calentar. Cuando esté caliente añadimos la harina y removemos hasta que esté dorada. Echamos poco a poco la leche caliente sin dejar de remover, echamos una pizca de sal y seguimos removiendo hasta que espese.
A continuación apartamos del fuego, añadimos el jamón y el queso cortado en dados y removemos todo bien. Dejamos reposar en la nevera hasta que esté frío (mejor de un día para otro).
A continuación apartamos del fuego, añadimos el jamón y el queso cortado en dados y removemos todo bien. Dejamos reposar en la nevera hasta que esté frío (mejor de un día para otro).
Sacamos la masa de la nevera y hacemos bolitas que rebozaremos en huevo y pan rallado dándoles la forma que prefiramos, más redondas o más alargadas. Freímos en aceite caliente y listo.
Un par de consejos:
- Si queréis que las croquetas no se abran las podéis congelar y freír en aceite muy caliente.
- Como esta receta es para llevar, seguro que os lleváis una sorpresa al probar las croquetas frías, ¡están buenísimas!
Deben saber riquísimas. Las prepararé aunque solo sean para "llevar" a la mesa de la sala.
ResponderEliminarMuy bien, el caso es que se "lleven" a algún sitio, jejeje...
ResponderEliminarMe llevo un platito para probarlas, un beso !!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu interés, Carmela.
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