La receta de este bizcocho ha surgido casi por casualidad, y la verdad es que ha salido un postre delicioso con un aroma y un sabor apto para los paladares más golosos. El aspecto que tiene este bizcocho es este:
Ha quedado muy tierno y esponjoso, y su elaboración es relativamente sencilla. Los ingredientes que necesitamos para preparar esta receta son:
- 300 g de harina de trigo
- 175 g de azúcar
- 200 ml de leche
- 75 g de mantequilla + un poco para untar el molde
- 3 kiwis maduros
- 2 huevos grandes
- 2 cucharadas de levadura química (polvo de hornear)
Precalentamos el horno a 180º C más o menos, dependiendo del tipo de horno. Pelamos los kiwis y los aplastamos bien hasta conseguir una especie de puré. Fundimos la mantequilla.
Tamizamos la harina junto con la levadura y la mezclamos con el azúcar. Reservamos los ingredientes secos mientras preparamos los húmedos.
Cascamos los huevos y los batimos junto con la leche. Mezclamos con el puré de kiwis y removemos bien hasta conseguir una mezcla líquida y bien integrada. Cuando lo tengamos todo incorporamos la mantequilla fundida.
Mezclamos los ingredientes húmedos con los secos y lo batimos todo muy bien con unas varillas hasta conseguir una masa homogénea y espesa pero muy clara. Guardamos en la nevera mientras el horno termina de calentarse. También se puede preparar la mezcla y dejar reposar una noche para preparar el bizcocho al día siguiente.
Ponemos solo la parte baja del horno. Untamos el molde con mantequilla y vertemos la masa del bizcocho. Metemos en el horno y dejamos hornear en la parte media durante 35 minutos. Cuando falten 10 minutos para terminar apagamos la parte de abajo y encendemos la de arriba para tostar la superficie.
Pinchamos con un palillo para comprobar que está bien hecho por dentro y lo sacamos. Dejamos enfriar y servimos. Podemos acompañarlo con un poco de nata y unas rodajas de kiwi si queremos darle un toque más sofisticado.