Lo sé, lo sé. Hace muchos días que no pongo ninguna receta nueva, pero es que últimamente casi no tengo tiempo de hacer una fotografía, así que mucho menos de escribir una receta. Pero no me quiero excusar. Prometo retomar las buenas costumbres y volver a poner (por lo menos) las dos recetas semanales que solía. Para empezar te propongo una receta de pollo deliciosa, con una salsa cocinada a fuego lento que ha quedado espectacular.
Antes de nada te pido perdón, porque una de las fotografías no ha salido bien y no la podré publicar. Pero espero que las explicaciones sean suficientes para que puedas preparar esta receta de pechugas en salsa de mostaza y miel. Los ingredientes que necesitas son:
- 4 pechugas de pollo enteras
- 4 cucharadas de mostaza a la antigua
- 4 cucharadas de miel
- 200 ml de leche desnatada
- Aceite de oliva
- Pimienta blanca molida
- Sal
Empezamos limpiando las pechugas, retirando la grasa que pueda quedar adherida y los posibles huesos. Salpimentamos y ponemos a calentar una sartén con un poco de aceite de oliva. Cuando esté caliente pasamos las pechugas para sellarlas bien. Retiramos y reservamos.
En la misma sartén ponemos a calentar la leche, y cuando esté templada añadimos la miel y la mostaza removiendo muy bien hasta que se disuelva. Verás que el suero de la leche se separa. No te preocupes porque es normal.
Cuando empiece a hervir colocamos las pechugas de nuevo en la sartén y dejamos que se cocinen con la tapa puesta durante 20 minutos, dando vueltas de vez en cuando para que se hagan bien por todos los lados (esta es la foto que no he podido poner).
Sacamos las pechugas y las reservamos manteniendo el calor. En el horno cerrado se puede hacer fácilmente. Pasamos la salsa por la batidora para emulsionarla y la volvemos a poner al fuego un poco para que reduzca. Si nos queda muy clara, mezclamos una cucharada de maicena en medio vaso de agua fría.
Cortamos el pollo en rodajas gruesas y emplatamos, cubriendo con la salsa y acompañado de la guarnición que queramos. Yo esta vez lo he servido con patatas al vapor. ¡Está buenísimo!